Colombia puede presumir de tener 3 de las más preciadas perlas del Mar Caribe: Cartagena de Indias, la Isla de San Andrés y Santa Marta. En este viaje disfrutaremos de las tres, no sólo de las playas y aguas cristalinas, sino de la historia, cultura y tradición de sus tres ciudades y alrededores.

Isla de San Andrés: Sin duda alguna el mayor encanto de esta isla es que no es un lugar de turismo masificado. Sus instalaciones son tradicionales, y no existen edificios gigantes. La mayoría de visitantes son nacionales, o turistas con gusto por la naturaleza y el mar y por el contacto con la gente. Y algo que tampoco nos podemos perder es navegar a los cayos cercanos, donde podríamos imaginar lo que sentían los antiguos navegantes que perdían sus barcos y quedaban en una isla desierta en medio de un inmenso mar turquesa. Con toda seguridad pensaremos que no nos importaría quedarnos allí durante un buen tiempo, alejados del asfalto.

Cartagena de Indias: El destino a visitar ideal para un viajero. Ya sólo esta antigua ciudad colonial merece una estancia prolongada, no en vano ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad, donde cada calle, cada rincón con sus palacios y balconadas, los fuertes costeros, nos transportan en el tiempo. También tiene la virtud de contar con una de las más extensas playas caribeñas, con el exotismo salvaje pero con todas las comodidades necesarias, ya que está en la misma ciudad. Y además tiene frente a ella el Archipiélago del Rosario, para alejarnos aún más de la civilización y disfrutar entre palmeras, aguas turquesas y fauna marina. Santa Marta: La Sierra nevada de

Santa Marta es el macizo montañoso más alto del mundo cercano al mar, con cumbres que superan los 6.000 m.s.n.m. donde destaca el Pico Cristóbal Colón. Las vistas son un puro contraste, entre el mar y las nieves perpetuas; fue la zona donde habitó la etnia Tairona, y hoy pueblan los Koguis y Azarios. Los restos arqueológicos más importantes, en medio de vegetación selvática, en un paraje increíblemente impresionante y salvaje, se encuentran en Buritaca o Ciudad Perdida, descubiertos en 1.976. Más de 200 asentamientos, con caminos empedrados, casas, andenes, muros, estuvieron cubiertos por la selva durante siglos y hoy se pueden recorrer.

Esta conjunción de diversas playas de arena blanca, selva, montaña, arqueología y comunidades locales hace que nuestro viaje a Santa Marta sea una experiencia completa al gusto de cualquier viajero.